[ Pobierz całość w formacie PDF ]
.Tambi�n yo qued� inconsciente ytendido sobre mi hija en el banco, como Afreyt puede atestiguar, pues se pasó un cuartode hora tratando de descubrir en nosotros el menor signo de vida. Eso es muy cierto, se�ores  confirmó la alta rubia, centelleantes los ojos de colorvioleta.Le insufl� aire durante todo ese tiempo hasta que Fafhrd volvió en s�.Entretanto, Brisa, que se hab�a despertado y hab�a bajado a la bodega fortuitamente,prestó un servicio similar a Dedos. S�, eso hice  dijo la ni�a , y cuando volviste en ti, bestia, me mordiste la nariz,como un gatito ingrato y confundido. Deber�as haberme zurrado  dijo hipócritamente la muchacha de Ilthmar. Recordar� eso a la primera oportunidad  le amenazó Brisa con malicia. A ese respecto, yo mismo perd� la conciencia por completo en el momentoculminante  afirmó el Ratonero, volviendo al juego.Era mucho lo que depend�a dehacer a la perfección esos chasquidos de dedos el viejo Quarmal, cada uno algo m�sfuerte que el anterior.Eso consumió todas mis energ�as, de manera que, una vezfinalizada mi tarea, volv� a hundirme en la tierra como un fantasma moribundo, y metransportó aqu� la potencia, sea la que fuere, que ha guiado mi largo viaje, donde esper�el beso reanimador de Cif.Y lentamente sacudió la cabeza de un lado a otro, alzando las cejas y separando unpoco las manos, en un gesto de admiración ante el milagro incomprensible.Entonces, relajando un poco su postura (pareció que todos los presentes en el t�nelexhalaban un leve suspiro), se volvió sonriente a Fafhrd y le preguntó: Pero ahora dime, viejo amigo, �cómo llegaste a perder el pelo? Y de una manera tanabsoluta, a juzgar por las zonas de tu cuerpo que puedo ver.Durante mis viajessubterr�neos he perdido algo de piel (y presumiblemente de pelo) a causa de la friccióncon arena, grava, arcilla y piedra.Mis prendas ciertamente han sufrido una disminución,como se ve claramente.Pero t�, amigo m�o, no tienes esa excusa. Perm�teme que te responda a eso  dijo Afreyt con tal resolución que nadie nisiquiera Fafhrd, pareció inclinado a imped�rselo.Aspiró hondo y se dirigió, principalmenteal Ratonero Gris (aunque todos la oyeron, pues habló muy claramente) el siguienteparlamente notablemente extenso : Querido capit�n Ratonero, cuando te hundiste porprimera vez en la tierra la noche de los S�tiros y la segunda de la llegada del fr�o, fue elcapit�n Fafhrd quien nos ordenó cavar en la colina c�e la Diosa para buscarte.No todosestuvimos de acuerdo con esa idea, pero cuando la excavación proporcionó pruebas de tupaso (tu capucha, tu daga Garra de Gato, etc�tera) lógicamente nos vimos obligados arectificar.El trabajo iniciado entonces ha culminado ahora con el rescate del capit�nRatonero, realizado por las se�oras Cif y Rill, tras una milagrosa supervivencia subterr�nea.�Tocios los honores para el capit�n Fafhrd por haber puesto los cimientos deeste logro maravilloso!Brisa empezó a aplaudir, pero nadie m�s la imitó, y cuando Dedos hizo un gestonegativo con la cabeza a las otras ni�as, la muchacha dejó de hacerlo.Afreyt reanudó suextenso parlamente, haciendo caso omiso de la interrupción. Creo que fue en ese momento cuando empezó a ser evidente, vagamente alprincipio, que una potencia sobrenatural, o m�s de una, interven�a en los acontecimientos.�Con respecto al capit�n Ratonero, la tarea de zahones llevada a cabo por la se�oraCif y el lugarteniente Pshawri parec�a indicar que el Ratonero se mov�a bajo tierra avelocidades inveros�miles, recorriendo incre�bles distancias mucho m�s all� de los l�mitesde esta excavación, e incluso extendi�ndose por debajo del Mar Exterior.�Adem�s, otra acción asombrosa ha ocurrido esta ma�ana en la bodega en casa de lase�ora Cif y de la que Dedos y yo hemos sido testigos: el Ratonero ha salvado a Fafhrdde un horrendo y exótico hechizo de muerte, empleando una información que dif�cilmentepodr�a haber obtenido en ning�n lugar de Nehwon, salvo en la sepultada Quarmall.Y dirigió una mirada ardiente, casi acusadora, al Ratonero.Brisa separó las manos para aplaudir de nuevo, pero entonces hizo una mueca aDedos y se contuvo.El Ratonero aguantó la dura mirada un momento m�s y luego dijo en tono de disculpa: Lo lamento, se�ora Afreyt, pero no puedo satisfacer plenamente tu curiosidad sobrelo lejos que fui o lo que hice bajo el suelo.Lo m�s que recuerdo es que chupaba guijarrospara mitigar la sed y respiraba del modo m�s somero para usar lo mejor posible el aireque encontraba entre la tierra (a menudo ten�a que hab�rmelas con gases mef�ticos) ymeditaba sobre mis pecados y los ajenos (estos �ltimos muy interesantes).Por lo dem�s,parece ser que he dormido mucho (algo, sin duda, muy conveniente, puesto que reduc�ami consumo de aire) y he tenido algunos sue�os notables.As� pues, por favor, se�oraAfreyt, contin�a con tu fascinante reconstrucción hipot�tica de lo que nos ha sucedido enlos dos �ltimos y misteriosos d�as., sin olvidarte de terminar con una explicación de lap�rdida capilar de Fafhrd.Por cierto, creo que �sa era la pregunta que te propon�asresponder en primer lugar. As� es  dijo ella.Bien, capit�n Ratonero, de la misma manera que un elementosobrenatural ha influido en tus movimientos subterr�neos permiti�ndote desplazarte alugares lejanos a velocidades fant�sticas y causar un considerable desgaste. miró sujubón transparente , un elemento similar empezó a influir en Fafhrd, aunque actuaba enla dirección opuesta, no en el subsuelo sino en el aire.�Bien entrada la noche de los S�tiros, se emborrachó y en ese estado se encaminó aPuerto Salado con las primeras luces del alba.En apoyo de esta parte del relato tenemosla evidencia proporcionada por las ni�as Brisa y Decios, que le siguieron.Le vieron nadara trav�s de la niebla y luego remontarse al cielo en espirales cada vez m�s amplias [ Pobierz całość w formacie PDF ]

  • zanotowane.pl
  • doc.pisz.pl
  • pdf.pisz.pl
  • ciaglawalka.htw.pl